El ajedrez al servicio de la educación no sólo tiene como finalidad desarrollar el arte de pensar sino también cultivar valores. Dada sus propiedades es un escenario ideal a través del cual puede continuar la sana construcción del mundo interno de los niños, fomentando el desarrollo de habilidades sociales, cognitivas, entre otras.
El ajedrez, en sus diversas vertientes, tiene un marcado carácter formativo sobre la personalidad de los individuos, en particular en niños y niñas de edad escolar.
El ajedrez escolar ayuda al estudiante a desarrollar de una forma natural habilidades, tanto de tipo cognitivas como sociales. Entre estas habilidades se destaca:
• La memoria
• La capacidad de concentración
• La toma de decisiones y la aceptación ante el error (tolerancia a la frustración)
• La atención y reflexión
• La visión espacial de la realidad: táctica y estrategia
• La resolución de problemas
• El razonamiento lógico-matemático
• El pensamiento creativo
• La autoestima y el sentido de logro
• La capacidad crítica
• La iniciativa
• La empatía